Iceberg

Iceberg
Icceberg

sábado, 11 de julio de 2009

Alguien que merezca la pena?

Bueno, tal vez el hecho de estar aquí tirado en verano trabajando mientras la gente esta en cualquier sitio menos Madrid me lleva quedarme tirado en el sofá y eso inevitablemente engrasa los engranajes de mi cerebro y este empiece a dar vueltas sobre lo que puedo hacer para no seguir tirado. Acto seguido cojo el móvil y reviso mi agenda de arriba a abajo y me doy cuenta de que el numero de personas a las que llamaría para quedar solos (para salir de fiesta cualquiera es bienvenido por supuesto!) o simplemente para charlar sobre la vida (no sobre cotilleos, con eso también sirve cualquier persona =P) se reduce a 5 personas.

Lo mas curioso es que estas 5 personas son personas que he conocido como mínimo, hace 2 años, que aproxima a la fecha en la que empecé con lo que ahora es mi proyecto de vida. Resumiendo y a mi entender, llevo 2 años sin conocer a nadie que merezca la pena lo cual me lleva a pensar que, o he conocido a muy poca gente, o he cambiado radicalmente mi forma de relacionarme y apreciar a la gente. Porque bien es cierto que no doy mas de 3 duros por casi ninguna de estas amistades. Si es cierto que ha habido muchos denominados "proyecto amigo" pero todos antes o después han caído por si solos, por mi dejadez o por lo que yo creo que es lo que me huelo y mas me mosquea, el estar quemado, sobrecargado, en fin un BURNOUT con todas sus mayúsculas.

Si, así es, siempre he sido de relaciones bastante intensas. Cuando conozco a alguien que me interesa o atrae por algo en especial me pego como una sanguijuela para sacar todo el jugo, aprender de la vida y disfrutar del momento. Pero como ya decía una canción "the more you squeeze the more it slips away" Y al final acabo alejándome hasta el punto de perder suficiente contacto como para no sentirme con ganas de retomar la relación.

También es cierto que no tengo tantos temas de conversación, ni sentido del humor como me gusta pensar que tuve en su día. Soy incapaz de no conducir una conversación, cero espontaneidad, todo esta calculado al milímetro, y cuando hablo de algo que ya he hablado con otra persona, sea cotilleo o una cuestión filosófica trascendental, me siento que cuando expreso mi opinión soy una maldita grabadora repitiendo lo que grabe en mi rallado disco duro en su día, y hasta ahora cualquier respuesta obtenida ya la he escuchado, o simplemente no me impresiona los mas mínimo, lo que me hace perder el interés en la conversacion y si se repite demasiado, en la persona.

Tal vez este influido por la gente de mi universidad, que benditos ellos por aguantarme, les veo incapaces de hablar de nada que no sea su/mi maldita carrera, o cotilleo con olor a rancio del mes pasado. Lo cual me frustra porque donde antes veía un mundo lleno de posibilidades y con millones de personas de las que aprender y relacionarme sobre nada en general, me encuentro con un muro de ingenieros aplicados a solo ser aplicados, y nada mas, y los fines de semana con la gente que si me merece la pena o las bacanales ya empiezan a ser insuficientes para romper este techo en el que poco a poco me voy encerrando.

La pregunta que me revienta la cabeza es si soy yo que no les aguanto porque me veo en una granja de insustanciales (en el sentido de una persona que me llene, la mayoría son muy buena gente =D) o que ellos siguen como toda la gente que me he cruzado toda la vida y soy yo el ingeniero aplicado a ser aplicado, incapaz de abrir la mente a la gente y reencontrarme con mi curiosidad de los sobrecitos de ketchup que en la descripción de este blog colgué cuando lo cree...

No hay comentarios: